Don Luis Carrillo, ministro de Felipe III, poseía una quinta en este terreno rodeada por jardines, fuentes. había una pintura de un pastor llevando una oveja sobre sus hombros. Por la noche esta pintura estaba iluminada por dos faroles, desde entonces se la conoció como la quinta del divino pastor, desaparecida esta quinta por un incendio, dicen que fueron sus enemigos políticos, solo quedo el nombre.
Cerca de la quinta del divino pastor, una joven se citaba, a escondida de su padre, con un joven que no se presento, desconcertada y contrariada, anduvo por las inmediaciones sin rumbo fijo. Avergonzada por su escapada, penso que había defraudado a su padre decidió suicidarse, cuando escucho el sonido del agua de una noria de una huerta cercana, se dirigió hacia allí con la intención de tirase al pozo.
Entretanto su padre advirtió la ausencia de su hija, después de buscarla por los alrededores sin encontrarla, temeroso por la vida de su hija fue al convento de la Encarnación a rogar por ella a la priora.
Esta le tranquilizo y le dijo que encontraría a su hija en la senda del divino pastor y así fue la joven que iba hacia el pozo vio la luces de los dos faroles que iluminaba la imagen del divino pastor y arrodillada ante la imagen la encontraron los miembros de la santa hermandad que la llevaron a su casa donde su padre la esperaba.
Fuente: http://www.ejoven.net/dentro/recursos/leyendas/madrid_leyendas.htm
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